EL TRAUMA INFANTIL

DEPRESION NIÑOS - foto de niño con peluche - centro psicológico málaga

El trauma infantil

“la enérgica actitud protectora y territorial del reptil, la orientación afectiva y familiar del mamífero primitivo, y las capacidades lingüística y simbólicas de la corteza cerebral pueden multiplicar nuestra perdición o bendecir nuestra salvación” (Jean Houston)

¿Son “Malas conductas” o trauma emocional? ¿Cómo podemos diferenciarlos?

Conductas hiperactivas, agresivas, excesivamente pasiv@s y/o explosiv@s, irritables, desmotivad@s, “está en babia, en su mundo”, es muy timid@…

¿Cómo podemos saber si estas conductas  entran dentro de lo ordinario o sin embargo son un modo de manifestar un trauma emocional no resuelto ?

Esta diferencia va a ser vital en la felicidad y salud de nuestr@s hij@s, alumn@s, de las familias y de las escuelas, de la sociedad en general.

 

¿Qué es un trauma emocional?

 

El trauma ocurre cuando CUALQUIER experiencia:

  • Inesperada: nos sorprende de manera completamente imprevista,
  • Sobrepasa: nos sobrepasa y abruma,
  • Indefensos: nos deja totalmente indefensos y desesperanzados.

Ojo con CUALQUIER EXPERIENCIA, esto es importante, no sólo los eventos terribles de abuso o maltrato, pérdidas, traumatizan, sino que cualquier experiencia inesperada y desbordante y en la que el niño se percibe como indefenso, sin salida, ej una caída de la bici, inicio escuela, ver violencia videojuegos, tele… pueden traumatizar.

El trauma es la antítesis al empoderamiento, a la confianza. El trauma nos despoja de ella y nos deja desprotegidos.

La magnitud de la experiencia es importante, pero no define al trauma, ¿por qué??

Porque estas reacciones que se desencadenan son activadas en nuestro cuerpo, por las zonas más primitivas de nuestro cerebro:

El trauma se encuentra en el sistema nervioso, ¡NO EN EL SUCESO! 

 

esquema sobre el trauma infantil - centro psicologico manuel hernandez

 

Esta experiencia ha sido sentida en su cuerpo (fisiológica), no procesada, no integrada por la consciencia, por la cognición. Queda atrapada en el cuerpo.

Ante una situación experimentada como desbordante, inesperada, indefensa, se activa nuestras áreas cerebrales más primitivas: sentimos, no pensamos. En una situación experimentada como traumática se activa el circuito de supervivencia: ataque/huida  (se activan nuestras áreas cerebrales más primitivas, el cerebro reptiliano: el troncoencéfalo que conecta al cerebro con el cuerpo, heredadas de hace 280 millones de año, se activan con el fin supremo de cualquier ser vivo: SOBREVIVIR.  

Este cerebro reptiliano activa una cantidad enorme de energía (adrenalina, cortisol, veinte respuestas fisiológicas que se activan para protegernos, que preparan al cuerpo para ese ataque o esa huida  con el fin de SOBREVIVIR. Las funciones del organismo quedan suspendida, el sistema inmunológico, la digestión… todo queda suspendido porque lo que prima es salvar la vida. Todos estos cambios automáticos provocan la redirección del flujo sanguíneo lejos de los órganos digestivos y de la piel los grandes músculos motores de la huida, junto con la respiración rápida y corta  y una disminución de la producción de saliva, las pupilas se dilatan para incrementar la capacidad de los ojos y asimilar más información. Las fibras musculares se alteran en gran medida, a menudo hasta temblar. O incluso nuestros músculos pueden colapsarse de miedo mientras que el cuerpo deja de funcionar al sentirse abrumado. (Levine P., Kline, M., 2016)

  Todo este torrente de sensaciones en el cuerpo puede producir verdadero terror. Porque todas estas sensaciones gritan que la vida, lo más valioso que tenemos, está en peligro. Cuanto más pequeño sea el bebé, niño, mas desbordante será todo esto.

 

Imaginemos el ejemplo que una niña va tan feliz a toda pastilla con su bicicleta, de repente, sin esperarlo, de modo inesperado, pilla un bache que no puede esquivar, pierde el control de la bici y se cae, pero no es un golpe grave, no hay daño físico en su cuerpo grave.

Algo tan simple como una caída podría experimentarse como una situación traumática, donde la niña ha sentido que su vida ha estado en peligro. Tras la caída la niña está blanca como la pared, con los ojos muy abiertos e inexpresivos, como en otro mundo, no puede ni hablar, apenas reacciona (señales muy importante que como padres, educadores tenemos que observar en nuestros hijos, hijas).

 

  1. niño sonriendo - centro psicológico málaga

Todas estas señales en este simple ejemplo que expresa el cuerpo de la niña tras la caída nos anuncian y nos gritan que la experiencia ha sido para ella desbordante, inesperada y se ha sentido indefensa (imagínense pues si una caída en bici puede traumatizar, cual será  el impacto que el abuso sexual ,el maltrato, tiene en los bebés  y en l@s niñ@s, sin duda terrible)

Volviendo al ejemplo de la niña que se cae de la bici, su cuerpo se ha preparado durante el periodo que dura de perder el control de la bici, hasta la caída, para atacar, huir, se ha llenado de una inmensa energía como la explicada anteriormente como mecanismo automático de percibir que su vida está en peligro.

Y aquí viene la madre del cordero, pero qué ocurre cuando esa torrente, inmensa energía que circula por el cuerpo, por el sistema nervioso no puede ser liberada?

Por qué la niña, se ha quedado como paralizada (piel blanca, ojos abiertos e inexpresivos, sudor frío, pupilas vidriosas) 

Se ha activado una tercera estrategia por defecto cuando no podemos huir ni atacar: LA PARALISIS, INMOVILIZACIÓN, aparecen cuando las otros dos fallan, cuando se percibe la amenaza como imposible de escapar, cuando el niño o adulto se siente completamente indefenso.

Uno se puede sentir sin escapatoria o indefenso de modo real o imaginario, es decir antes un peligro real (abuso sexual) o ante un peligro no peligroso pero que el niño niña percibe como extremo: esta caída de la bice,  empezar el colegio.

 En los niños pequeños tienden a saltarse las respuestas activas y pasan directamente a la inmovilidad. 

En estado de inmovilidad aún el cuerpo sigue con la energía a tope de adrenalina, cortisol…, el cuerpo está paralizado, pero dentro del sistema nervioso la energía sigue totalmente activada.

El bebé, niñ@ necesitan sin duda nuestro acompañamiento amoroso y empoderado que les guíe a salir de este mecanismo terrible de inmovilidad, porque  la madre del cordero está  en lo  siguiente: qué ocurre cuando ese torrente de energía que no es liberada??? sino que queda inmovilizada??

Que cuando esa energía no se libera por completo, no desaparece por combustión espontánea, más lejos de la realidad, esa energía se queda atrapada y crea los SÍNTOMAS TRAUMÁTICOS: hiperactividad, agresividad, pasividad, impulsividad, dificultad concentrarse, timidez escesiva, ansiedad, miedos, parecer estar en babia, aislamiento, etc.

Nuestra misión es ayudar a liberar está energía para que no quede enquistada en su sistema nervioso. 

 

Texto escrito por Sandra Rosa. https://www.psicologa-malaga.com/